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Resumen
Cuando Caldas llegó a Santa Fe en 1806, no quedaban a Mutis sino dos años de vida y esos transcurrieron en la mayor postración, pues aunque a intervalos mantuvo lúcida su mente hasta la víspera de morir, sus energías de investigador desfallecieron, sus indisposiciones se hicieron sensibles, no sólo al vecindario de la capital, sino a todo el reino, y su correspondencia, antes tan frecuente, se vio sustituida por una serie de documentos dispersos donde se presagiaba ya la despedida final.
El 16 de enero de 1808 se excusa ante el virrey don Antonio Amar y Borbón de no aceptar la inspección, que se le quiere confiar, de las drogas existentes en la real botica, por exigir esta operación, además de la vista, un ejercicio del olfato y del gusto que le causaría algún perjuicio irreparable.