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Resumen
El inicio del siglo XX significó para Bogotá su impulso definitivo como capital administrativa y económica del país. El gobierno del Quinquenio, al mando del general Rafael Reyes (1904-1909), fijó entre sus objetivos la interconexión de los centros urbanos para facilitar la consolidación de un mercado interno, en el cual Bogotá tendría un papel fundamental como núcleo principal en el proyecto.
En ese momento, la ciudad registraba un crecimiento acelerado: De 1905 a 1927, Bogotá creció 3.6 veces su tamaño, rompiendo el marasmo colonial urbano del siglo XIX, pues en ese siglo el crecimiento fue equivalente al acontecido entre 1905 y 1912. Obviamente esta situación se derivó del aumento de población en la ciudad, la cual pasó de 21.394 habitantes en 1801 a 100.000 en 1905; es decir, casi cinco veces, la que luego se duplicó hacia 1927, al pasar a 200.000 (Puyo, 1988).