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Resumen
La Convención de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) de 2001 sobre Patrimonio Cultural Subacuático (PCS) es el primer tratado internacional que establece la definición exacta de este. Desde su entrada en vigor, la comunidad internacional cuenta con un conjunto de instrumentos normativos que permiten brindar la protección adecuada a un patrimonio que se ha visto afectado por el saqueo y la destrucción debido a su gran valor comercial. El objetivo de esta Convención es facilitar la cooperación entre Estados, lo cual es indispensable para salvaguardar el PCS en los espacios marítimos donde los derechos soberanos y la jurisdicción de los Estados son limitados.
En materia de PCS, América Latina y el Caribe es considerada un potencial porque fue escenario de diferentes batallas navales, comercio de esclavos, procesos de colonización y otros sucesos más. Por ende, en sus aguas reposan los restos de ciudades sumergidas, cuevas inundadas, pecios de navíos que naufragaron y otros vestigios que poseen un inmenso valor histórico y cultural para la humanidad.
México y Argentina son dos de los dieciséis países de América Latina y el Caribe que ratificaron la Convención, y se consideran los casos más exitosos en la aplicación de esta normatividad internacional, razón por la cual se piensa que esta Convención ha sido eficiente en la protección del PCS en estos territorios.